«Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro» Emily Dickinson.

miércoles, 22 de enero de 2014

Asesinato en el Orient Express.



¿Podéis creer que yo, una ávida lectora de novelas de misterio, no me hubiera leído todavía ningún libro de Agatha Christie? Aquí me tenéis. 
Y vaya lo que me había perdido. 
He comenzado con este libro (pues no tiene un orden determinado) y me ha fascinado. 



Titulo: Asesinato en el Orient Express.
Título original: Murder on the Orient Express.
Autor: Agatha Christie.
Número de páginas: 256 páginas.
Editorial: RBA



Sinopsis:

Estambul, pleno invierno. Poirot decide tomar el Orient Express que en esta época suele hacer su recorrido prácticamente vacío. Pero aquel día, el tren va lleno y sólo gracias a una buena amiga consigue una litera en el coche-cama. A la mañana siguiente se despierta, descubre que una tormenta de nieve ha obligado a detener el tren y que un americano, llamado Ratcher, ha sido apuñalado salvajemente. Aparentemente nadie ha entrado ni ha salido del coche-cama. El asesino, sin duda, es alguno de los ocupantes entre los que se encuentra una altiva princesa rusa y una institutriz inglesa.

Opinión personal:

La historia me cautivó desde el principio. Y buscaba misterio, lógica, puzzles, asesinatos y un detective, y aquí lo encontré con creces. 
El libro se divide en tres partes: La primera es la introducción al caso y el asesinato; luego siguen las declaraciones de los sospechosos y por último las conclusiones. 
La novela comienza cuando el detective belga Hécule Poirot sube al Orient Express y, durante la noche, asesinan a un pasajero. Nadie es el responsable, pero nadie es lo que decía ser. 
Así que Poirot se hace cargo. Va tomando declaraciones a cada pasajero sospechoso del vagón, averiguando e infiriendo ciertos detalles que a veces se nos pasan por alto. Tenemos a un conde y su esposa, un coronel, una princesa rusa y su doncella, una joven institutriz, un norteamericano, un italiano, una maestra, una enfermera sueca, el encargo del coche cama  y el criado y el secretario del fallecido: Rachett.
Resulta que tampoco era lo que parecía. 
A lo largo de la historia vas descubriendo secretos de los pasajeros del tren. DE TODOS. No hay nadie que se esconda del ojo analítico de Poirot. A través de una serie de deducciones y conclusiones,  intenté llegar con él al fondo del asunto. 
Me fue imposible. O por lo menos no me esperé el final hasta el final. 
Yo misma me hice una lista con los sospechosos, sus coartadas, las pruebas, los testimonios. Yo misma iba descartando y culpando. De repente la doncella, de repente la condesa, y luego a Mary Debenham, la institutriz. Y nunca me calzaba. Era un puzzle interminable tan complicado como intrigante. 
Y es que Agatha Christie consigue manejarte, controlar tus pensamientos y guiarte hacia un culpable, para luego demostrar con claridad que no, ese no es. 
Eso hace Poirot a lo largo de toda la trama. Y lo peor (y mejor) de todo, es que no es hasta el final de cada capítulo cuando el detective saca sus conclusiones –que pueden o no coincidir con las mías–.
Si tuviera que escoger mi personaje favorito, no ocurriría como en otros libros, cuyo personaje secundario tiene más chica que el principal. Aquí, el detective Poirot se lleva el premio por su inteligencia, su capacidad de análisis y relación, su sarcasmo e ironía y su misterio. Sí, Poirot en sí en un misterio que espero ir resolviendo a medida que continuo la serie de libros. 
Un Sherlock Holmes belga. 
En fin, que es un libro que hay que leer, que no puedo contar más porque sino pierde la gracia. Lo que debes hacer ahora es ir a la biblioteca más cerca y sacar este libro de Agatha Christie, porque no te vas a arrepentir. Es corto y fácil de leer, aunque de vez en cuando surgen ciertas frases en francés que yo–como nula para ta idioma– no llegué a comprender, pero que no eran de gran relevancia para la historia. 
Sin más pegas que una pequeña regañina por lo haberlo leído antes –si queréis, tiradme tomates-, os dejo con uno de los fragmentos favoritos que, si bien no os dará pista sobre el/la asesin@, os creará ese gustillo por el misterio que me creó a mí.

Fragmento:

«—Un individuo bajo y moreno, con voz de mujer —repitió monsieur Bouc.
Los tres encargados, así como Hildegarde Schmidt, se habían retirado. Monsieur Bouc hizo un gesto de desesperación.
—¡No comprendo nada..., nada en absoluto! ¡Resulta que el enemigo de que habló Ratchett estuvo en el tren! Pero, ¿dónde está ahora? ¿Cómo puede haberse desvanecido en el aire? Me da vueltas la cabeza. Dígame algo, amigo mío, se lo suplico. ¡Explíqueme cómo puede ser posible lo imposible!
—He aquí una buena frase —dijo Poirot—. Lo imposible no puede haber sucedido; luego lo imposible tiene que ser posible, a pesar de las apariencias.»

Ahora, leed en paz.